La verdad es que me ahogo sin pena,
por lo menos he resistido al engaño:
no participé de la fiesta suave, ni del aire cómplice,
ni de la noche a medias.
Muerdo todavía y aunque poco se puede ya,
mi sonrisa guarda un amor que asustaría a dios.

Susana Thénon (Fragmento de Poema)

lunes, 6 de junio de 2011

Pasiones.

Pasiones.

Se acordó de aquellos días transcurridos en la laguna cercana a la cabaña que alquilaba, en los que la embriaguez del tiempo compartido con su abrigada soledad, le hacía pensarse en sintonía con el ritmo de la tierra. Ella/él no quiso más que prolongarse en el espaciotemporal y umbroso del suelo que pisaba, como el arroyo que larga e intermitentemente habita los senderos aledaños al cause principal del río Macho cuya fatal desembocadura rompe la aparente obediencia fémina (como si del lío del amor físico entre multitudes de machos y de hembras se tratara (como si toda esa espuma no fuera el simple preludio de la calma)).
Esa orgía invisible y heterodoxa predisponía sus sentidos en la sola dirección de la mirada. Había el mundo en los ojos sin velos, dispuestos a la cruda ferocidad de una natura liberada. Y no importaban las verdades por la civilización acumuladas (en su espalda), que acostumbraba explicarse cada noche. En el bosque se asesinaba en el sólo mordisco de la rata, del lobo, del águila. No era posible la moral del mundo humano, que él/ella  en cada célula tatuada disponía dando parte al pecado no esperado, prohibido, impensado.
Aquel recuerdo le acercó los feroces olores de la pasión. La muerte se precipitaba como hecho en el deseo oscuro y complacido del/la soñante. La calma en el mundo era la ausencia de toda pasión animalhumana. En el último suspiro advinieron como ráfagas, siglos de muertes desandadas. La suya fue el espejo en el que se miraba la enfermera, en la habitación 103 del hospital del pueblo más cercano al lugar en que la/lo encontraron, rumiando por lo bajo muchos nombres (todos los nombres) y desangrando la vida por los ojos.
db.

No hay comentarios: