Viernes, 18 de febrero de 2011
CHECK IN
Si los estereotipos de belleza femenina tienen pleno funcionamiento en las grandes ciudades como Buenos Aires, donde circulan contradiscursos de lo más potentes, mucho más se asientan en lugares más pequeños. El grupo Enredadera de la provincia de Santa Fe toma cartas en el asunto lanzando una convocatoria abierta para trabajos, objetos y obras diversas que logren poner en evidencia el peso de los estereotipos. Serán presentados el 8 de marzo en Rafaela.
Por Sonia Tessa
Que sea flaca, que se pueda presentar a los concursos para la Reina Provincial de la Leche, el Trigo o cualquier otro producto vernáculo, que busque novio para casarse, que se tiña de rubio, qué lástima que tiene ojos marrones y no verdes. Poco discutidos, esos estereotipos atraviesan la vida de las mujeres donde sea que vivan. En Rafaela, una ciudad conservadora del centrooeste santafesino, Enredadera, grupo de mujeres y feministas, pateó el tablero y se unió a Los hijos de Goran para llevar la discusión a la calle y cuestionar el aspecto comercial del Día de la Mujer. Por eso, el 8 de marzo inaugurarán una muestra en la plaza central de la ciudad con el nombre “Esta belleza, ¿me hace hermosa?”, una convocatoria amplia, no sólo a artistas, sino a todo aquel que quiera exponer un objeto (propio o encontrado) sobre estereotipos de belleza femeninos. Los organizadores quieren exponerla durante todo el año en espacios no tradicionales, sin ningún tipo de selección, con la única premisa de convertir cada obra en un objeto de debate.
Rafaela está en el eje de la cuenca lechera, pero su pujanza económica es variada, se asienta también en otros productos, como las autopartes. En esa ciudad, en marzo de 2010, mataron a Silvia Suppo, una testigo de causas de derechos humanos que tenía todavía varias declaraciones incriminatorias de represores por delante. La policía, las autoridades, quisieron hacerlo pasar como un asesinato en ocasión de robo, pero quedan muchas puntas sueltas. Enredadera está entre los principales impulsores del movimiento social para exigir el esclarecimiento del crimen. Mientras esa batalla judicial y social sigue su marcha, apuestan a conmover la rutina rafaelina con otras novedades, como la muestra inspirada en el trabajo del grupo Mujeres Públicas.
Hasta el 25 de febrero se reciben trabajos audiovisuales estáticos, que no pueden exceder los 30 centímetros de alto, ancho y profundidad. Aunque los organizadores saben que el formato es restrictivo, lo hicieron así para que puedan exhibirse en la plaza 25 de Mayo, el espacio central de la ciudad.
Los hijos de Goran eligieron el nombre por el músico serbio Goran Bregovic. Desde 2009 organizan fiestas de música balcánica en Rafaela, a las que fueron incorporando muestras. Como parte de un movimiento cultural acotado pero pujante, plantearon –entre otras– una de arte erótico. Este año se propusieron abordar la temática de las mujeres y empezaron a trabajar en conjunto con Enredadera.
Los organizadores desecharon cualquier selección de los trabajos. Esperan que las propuestas pongan en debate los modelos de belleza femenina, pero se autoimpusieron aceptar todas las obras que lleguen. “Las expectativas son amplias y arriesgadas, nuestro objetivo es que los trabajos cuestionen los estereotipos, pero si llega un trabajo que los reafirma, lo tenemos que aceptar”, indicó Luis Acosta, de Los hijos de Goran.
En Enredadera, el tema venía conversado. “Venimos trabajando hace bastante, la muestra surge para convocar a otras personas y ver qué les pasa, no sólo a nosotras, que reflexionamos desde hace tiempo y de diversas maneras, sino también a otra gente. Queremos probar si estos estereotipos se ven, si la gente los piensa. Quisiéramos que se planteen, además, de una manera divertida”, indicó Dahiana Belfiori, de Enredadera. Para ellas también es un salto adelante. “Siempre estuvimos con propuestas artísticas que ponían en juego la palabra, pero queríamos ampliarlo a otras manifestaciones, y no sólo a nosotras, sino también poder convocar a mucha más gente, y hacer una devolución.” En el grupo se trabaja de manera habitual sobre “el cansancio” que sienten las mujeres, con los lugares instalados desde la cultura y los medios de comunicación masivos, en relación a los cuerpos y las relaciones de las mujeres. “Nuestra idea es cuestionar los lugares en los que estamos colocadas por la cultura y cómo los medios refuerzan esa imagen, todo el entramado del patriarcado”, apuntó Belfiori.
